martes, 25 de enero de 2011

«Orsai» o cómo experimentar con los sueños y las cosas «chiquitas»

 Hernan Casciari acaba de crear su nueva revista, una nueva concepción editorial del siglo XXI



A Hernan Casciari siempre le ha gustado el olor del pan y de la tinta, las cosas «chiquitas» y los sueños. «Orsai» ha nacido bajo la influencia de los detalles más intimos de este escritor y editor argentino. En el prólogo del primer número juega con el lector invitándole a vivir una momento único al oler la tinta aún fresca de las páginas de uno de los 10.080 ejemplares de esta aventura editorial a la que ha dedicado los últimos tres meses y medio de su vida. Un tiempo escaso pero suficiente para montar un experimento que responde únicamente a sus caprichos y a los de su amigo Chiri Basilis: «No vamos a estar supeditados a los gustos de la gente, al menos durante este 2011», afirma.

Una buena muestra de su carácter emprendedor está en el hecho de que a los 13 años comenzara a trabajar en el periódico de Mercedes, su ciudad natal, escribiendo sobre baloncesto y en lo pronto que decidió crear su propio periódico de «chismes para viejas» pocos años después. La idea de hacer una revista como ésta, en la que no existe la publicidad, viene de los años 80: «Queríamos hacer algo al revés y convertimos un medio de comunicación en un objeto de deseo pero sin pagar el “altoparlante” de la publicidad».

10.080 ejemplares

Le gusta escribir y confiesa que no sabría hacer otra cosa en la vida. Tras 35 años dedicado a colaborar con distintos medios como «La Nación» o «El País» decidió dedicar sus esfuerzos a hacer una publicación en la que el ánimo de lucro no fuera una cuestión determinante. Ha conseguido publicitar su revista haciendo partícipe a su futuro lector a través de su blog, también llamado «Orsai». A pesar de que creía que sus expectativas iniciales no superarían los 3.000 encargos de impresión bajo petición, acabó por publicar 10.080 ejemplares que espera convertir en 25.000 para su segundo número.

El dinero nunca fue un problema ni un pretexto ya que Casciari estaba dispuesto a perder hasta 100.000 euros, 25.000 por cada uno de sus cuatro números. El precio de su revista para cada lugar del mundo es distinto y responde a la suma de quince sábados consecutivos comprando el periódico en ese país en particular. El experimento ha salido bien: «Solo he tenido que poner 217 euros de mi bolsillo».

Casciari y su amigo Chiri tienen la intención de gestionar su propia editorial. En ella quieren refundar los principios editoriales que hasta ahora «han utilizado al lector como moneda de cambio» entre el editor y el autor. Su intención es mantener un equilibrio para compartir pérdidas y beneficios al 50%. Una nueva aventura en la que habrá ediciones en «papel, Ipad, tablet, y PDFs gratuítos».

Bajo el condicionamiento lógico de que surgirán muchos más cambios en la industria del ocio, el editor argentino recuerda que «este modelo solo sirve para aquellas publicaciones que tengan una coherencia “googleable”».

La revista publicará en total cuatro números en 2011 que constituirán una colección para fetichistas. «Mis lectores están enamorados de “Orsai.”– afirma convencido– La revista podría haber salido mejor o peor pero habría salido bien en todo caso». El secreto está en generar deseo en un momento en el que hay algo en la industria del ocio que está funcionando mal.

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